Las aguas de baño de las playas granadinas se encuentran dentro de los niveles de calidad establecidos, según el último informe que ha elaborado la Consejería de Salud y Familias durante la primera quincena de julio sobre el estado del litoral en la temporada de baño veraniega. Este estudio se basa en los análisis realizados por la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica. Para ello, la Consejería vigila las 268 zonas de baño marítimas y 24 zonas de baño continentales andaluzas. En concreto en Granada, se han realizado 37 muestreos en los 37 puntos censados que se encuentran en 30 zonas de baño de 9 municipios. Los resultados recogidos ponen de manifiesto que todas ellas son aptas para el baño.
En el caso de Salobreña, donde se ha vuelto a detectar la presencia de mancha en el mar, la Consejería asegura que tiene lugar cuando el viento es de poniente y de ninguna manera pueden ser responsabilidad de la Junta de Andalucía. Desde el punto de vista sanitario, es una mancha de origen más biológico que tóxico. De las seis playas analizadas, todas han arrojado resultados favorables para el baño.
Desde la Junta de Andalucía en Granada, han solicitado al Ayuntamiento de Salobreña a que revise sus instalaciones de conducción, bombeo y estaciones de depuración de aguas residuales que discurren muy próximas al litoral, ya que en estas fechas se encuentran al máximo de su rendimiento. Además de que adopten medidas de limpieza y contención de esta mancha a lo largo de la temporada estival.
Por todo ello desde la Junta de Andalucía tanto la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible como la de Salud y Familias, afirman que continuarán ejerciendo sus competencias para proteger las aguas continentales como las litorales y por supuesto para proteger la salud de la población en las playas granadinas. Mientras tanto, señalan que las administraciones locales tienen, entre otras, la competencia del saneamiento o recogida de las aguas residuales urbanas. Aseveran que las muestras de agua han sido analizadas para determinar los diferentes parámetros exigidos por la normativa vigente, como los macroscópicos, transparencia, color, aceites minerales, presencia de espumas persistentes y sólidos flotantes, restos orgánicos y cualquier otro residuo de cristal, plástico, caucho, madera, que pueda afectar a la salubridad de las aguas y se considere de interés sanitario.
