La Caravana Abriendo Fronteras, integrada por unos 150 activistas de diferentes territorios, pasó ayer por Salobreña dentro de una ruta que reivindica una vida digna para las personas migrantes. Una mesa redonda en la Casa de la Cultura dio paso a una marcha que llevó al grupo hasta el monolito en memoria de las víctimas de La Desbandá, situado en la desembocadura del río Guadalfeo.
Esta ruta de nueve días que realizan las diferentes entidades participantes, procedentes de distintas partes del mundo, comenzó con un acto frente al Congreso en Madrid, antes de dirigirse a Melilla, donde pasaron el fin de semana y conmemoraron el primer aniversario de la tragedia que tuvo lugar allí el 24 de junio de 2022, y que acabó con la muerte de decenas de personas que intentaban cruzar la valla que separa la ciudad autónoma de Marruecos en el paso del Barrio Chino.
La comitiva llegó hasta el litoral andaluz, donde tiene previstas diversas actividades en Motril y Salobreña, además de Almería y Málaga. Posteriormente continuará camino hacia la Comunidad Valenciana para finalizar el recorrido. Este año la caravana se centra en la masacre en las fronteras, mientras que pretende también mantener viva la memoria de La Desbandá, la huida de personas refugiadas que tuvo lugar en 1937 en la conocida como ‘carretera de la muerte’ entre Málaga y Almería.
La Caravana Abriendo Fronteras nació en 2016 cuando tuvo lugar el gran éxodo de refugiados sirios, muchos de los cuales murieron intentando llegar a Grecia. Hacia ese país se dirigieron sus promotores, aunque posteriormente comprobaron el drama que también se vive aquí en España en materia de migraciones. Así lo destaca Ana Elena Altuna, una de las representantes de la Caravana.
Abriendo Fronteras está integrada por diversos colectivos, incluso internacionales, como por ejemplo Carovane Migranti. Entre los participantes de la Caravana ayer en Salobreña estuvo María Herrera Magdaleno, una activista mexicana por los derechos humanos que tiene nada menos que cuatro hijos desaparecidos. Conocida como Doña Mary, en 2014 fundó una red nacional de colectivos locales para educar a las familias sobre cómo investigar desapariciones. En este año 2023 ha sido reconocida como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time.
Dos de los hijos de María desaparecieron en 2008, y los otros dos en 2010. Tras ello, conformó una asociación para la búsqueda de personas desaparecidas con la finalidad de crear una red a nivel global. Según explicó ayer en la Villa, “lo más lamentable es que cada vez hay más casos de desaparecidos” y que “el Gobierno mexicano lo normaliza”, pues lejos de apoyarlos, los “criminalizan”.
Finalmente, Herrera resalta que “a cualquiera le puede llegar esa situación en cualquier momento”.
