Esta tradicional cita veraniega, que este año se sitúa en el Parque La Fuente 2, cuenta con cerca de un centenar de puestos que podrán ser visitados cada noche de viernes.
El pasado viernes se inauguró la nueva temporada del mercadillo nocturno de verano de Salobreña, que cuenta cerca de un centenar de puestos de venta de todo tipo de artículos. Se trata de una de las clásicas ofertas estivales del municipio, que incluso atrae al municipio a veraneantes de localidades vecinas.
El mercadillo se sitúa en el recinto ferial, junto al parque La Fuente 2, donde en las fiestas patronales se montan los puestos y atracciones de feria. No obstante, algunos puestos del mercadillo se situarán por fuera de este recinto.
La primera jornada resultó un tanto desordenada en cuanto a su montaje, y los vendedores echaron de menos la presencia policial para controlar la instalación y distribución de los puestos. Así lo ha indicado Carmen Gálvez, presidenta de la Asociación de Vendedores Ambulantes de la provincia, quien no obstante espera que a partir de las próximas jornadas de venta se normalice el procedimiento. En este sentido, espera que el desarrollo a lo largo del verano sea igual al año pasado, cuestión por la que ha reconocido la labor de la concejal de Comercio.
Al contrario de lo que pueda pensarse a priori, de que la época de crisis puede llevar a un aumento de la venta en los mercadillos por sus precios más asequibles, el volumen de negocio de estos establecimientos se ha reducido.
La responsable de los feriantes destaca que ya no se hacen ventas voluminosas, y muchas veces la gente recorre varios puestos y se va sin comprar nada, algo que no ocurría hace algunos años. En otras épocas los clientes iban al mercadillo sin tener una idea clara de lo que querían comprar y siempre se llevaban algo, pero el panorama ha cambiado sustancialmente.
Ante esta situación, Gálvez señala que muchos vendedores ambulantes se están pensando el dejar la actividad, si bien eso no suele repercutir en una disminución de puestos. Muchos pequeños emprendedores esperan poder hacerse con uno de ellos, de forma que cuando alguno se queda vacante siempre hay quien lo quiera cubrir. El gran problema de dejar esta actividad, señala la presidenta de la Asociación, es que para estos comerciantes, a su edad, ya es difícil incorporarse al mercado de trabajo.
