La lluvia tan sólo impidió la salida de la procesión de La Soledad prevista para la noche del Viernes Santo. El resto de hermandades han ofrecido durante estos días preciosas estampas en las calles de Salobreña.
Cristo de la Humillación en su desfile procesional. Imagen cedida por José González
Tras un año de trabajo por parte de las cofradías de nuestro municipio las calles de Salobreña han sido durante estos días el escenario de los esperados desfiles procesionales de la Semana Santa. Casi todos pudieron completar el recorrido previsto a pesar de que la meteorología provocó serias dudas hasta el mismo momento de la salida de las imágenes. La única incidencia se registró durante la noche del Viernes Santo, cuando el agua hizo acto de presencia sobre la Costa Tropical y obligó a suspender la salida de la Soledad.
Ante las previsiones de lluvia que se manejaban a la medianoche del viernes, la Cofradía tomó la decisión de suspender su salida. Una medida acertada, ya que finalmente se cumplieron los pronósticos y las nubes descargaron sobre la Villa durante la madrugada. Como consuelo, aquellos que lo quisieron pudieron dar un beso a la madre dentro del templo.
Aunque es común la suspensión de procesiones por lluvia, el presidente de la Agrupación de Cofradías de Salobreña, Julio Espín, ha recordado en los micrófonos de Radio Salobreña que que esta estación de penitencia sólo se suspendió tres veces en los últimos cuarenta años.
El resto de la Semana Santa de la Villa desarrolló sin mayores incidencias. Las estaciones de penitencia se pusieron en marcha el Martes Santo con la procesión del Santísimo Cristo de la Humildad o Cristo Atado a la Columna.
El Miércoles Santo se llevaron a cabo otras dos procesiones. La primera fue la del Santísimo Cristo de la Humillación, que salió a las 9 desde la Iglesia San Juan Bautista y discurrió por distintas calles de la zona baja de la Villa. La segunda Cofradía en salir el miércoles fue la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza, que partió a las 21.30 desde la Iglesia Nuestra Señora del Rosario paseando por las calles del Casco Antiguo. Como novedad, este año el trono ha sido portado por costaleras y costaleros, entre ellos Fran, un chico invidente que se ha sumado a la cofradía.
Ya el Jueves Santo, la primera procesión en salir fue la del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Nuestra Señora de las Penas y el apóstol San Juan Evangelista, que lo hizo a las 21.30 desde la Iglesia del Rosario para recorrer el casco histórico. A las diez de la noche del jueves fue el turno de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y su Procesión del Silencio, que paseó también por el Casco Antiguo, tanto la zona alta como la zona baja.
El Viernes Santo fue la última jornada de procesiones de la Semana Santa de la Villa. A las 9 salieron juntas desde la Iglesia del Rosario las cofradías del Santo Sepulcro y María Santísima de los Dolores, que recorrieron la zona alta del núcleo histórico. Y a la medianoche, cuando estaba prevista la salida de La Soledad, finalmente debió quedarse en el templo.
