La prueba más divertida y colorida del año está de aniversario. La San Silvestre Villa de Salobreña cumplió ayer diez ediciones con una salud formidable. La carrera, de carácter popular, congregó a centenar y medio de corredores, la mayoría locales, que disfrutaron de un evento que trasciende de lo deportivo, ya que la tarde se convirtió en una oportunidad de convivencia entre los vecinos.
En la parte competitiva, el campeón absoluto fue Jesús Mena en la categoría masculina, mientras que la primera absoluta y primera local fue la atleta lobreña Ana Belén Arenas. El campeón local fue Amador Pérez.
A las 20 horas tomó salida la prueba popular, llena de disfraces vistosos que pusieron la nota de color a la tarde noche del miércoles. Digno de reconocimiento es el trabajo que muchos realizaron para confeccionar su vestimenta, desde ovejas hasta pastores, pasando por lobos, regalos, casitas navideñas, o el Grinch. Una variedad de personajes que hicieron un recorrido de 800 metros por el Casco Histórico.
El concejal de Deportes, Plácido Leyva, resaltó que la carrera popular se ha convertido en estos diez años en una seña de identidad del deporte en Salobreña, y dijo que para conmemorar el aniversario se diseñaron unos trofeos personalizados que se entregaron a los campeones de cada categoría.
La organización corrió a cargo un año más de la Concejalía de Deportes con el apoyo de la Federación Andaluza de Atletismo. Contó con la colaboración del Club de Atletismo Salobreña, que ofreció bizcocho a todos los participantes, al igual que la Asociación Española Contra el Cáncer, que se encargó de preparar y despachar unos 30 litros de chocolate caliente.
Mención aparte merece la animación, una vez más a cargo de la empresa Sinergya Sport, que creó en las plazas del Museo y de la Iglesia una oferta complementaria a la competición con colchones hinchables, fotomatón, plataforma 360º, nieve artificial y un pasacalles con Frozen, Olaf y otros personajes. La animación corrió a cargo del DJ Víctor García y el locutor de Radio Salobreña Manolo Guirado, que hizo de speaker. También puso la nota musical la agrupación juvenil de la Banda de Música de Salobreña.