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El Ayuntamiento reparte mascarillas en el transporte público y hace acopio para cuando se levante la cuarentena

La alcaldesa ha hecho en ese sentido un llamamiento a la responsabilidad y ha aclarado que “dependerá de nosotros, pues si nos relajamos se volverá a producir un repunte en los contagios”.

Un policía entrega una mascarilla a una usuaria del apeadero.

El reparto de material sanitario sigue siendo una constante en Salobreña por estos días, y entre el lunes y el martes se distribuyó otro millar más de mascarillas. En este caso la labor se ha centrado en el apeadero, para extremar la precaución entre las personas que llegan a la localidad, aunque el Ayuntamiento también ha incluido al transporte urbano local, que si bien no está dentro de las instrucciones del Gobierno, se les facilita a los usuarios una mascarilla en caso de que no la lleven, aunque en la mayoría de los casos sí cuentan con ella.

Debido a la dificultad general que existe para conseguirlas y los precios abusivos que pueden alcanzar, el Consistorio pretende acopiar la mayor cantidad posible de mascarillas en los próximos días. La intención es que, si en breve se levanta el confinamiento, se hagan llegar a todos los vecinos mediante su reparto puerta a puerta, según la cantidad que personas que residan en cada unidad familiar. Ello podría ocurrir la semana próxima, siempre y cuando se conozca la fecha en que se levantará el estado de alarma.

La alcaldesa de la Villa, María Eugenia Rufino, ha hecho en ese sentido un llamamiento a la responsabilidad y ha aclarado que “dependerá de nosotros, pues si nos relajamos se volverá a producir un repunte en los contagios”. De hecho, el pasado lunes se notó un importante movimiento en la zona de la Pontanilla y también en el centro de salud, con la consiguiente actuación de los cuerpos de seguridad.

Por tanto, ha vuelto a pedir que no salga a la calle si no es imprescindible, y que cuando se haga que sea con medidas de protección como guantes o mascarillas.

En este marco, la mascarilla pasará a ser un elemento imprescindible para poder circular, aunque está habiendo muchos problemas para conseguirlas. El propio Ayuntamiento está teniendo dificultades para encontrarlas, e incluso la alcaldesa reprueba la existencia de “casi un mercado negro” para hacerse con ellas. Explica que ha visto mascarillas cuyo coste de producción es de 1 céntimo, y que se están vendiendo “a 8 o 9 euros”.

Las últimas que adquirió el Consistorio, del tipo FFP2 –de gran nivel de protección-, costaron 3,60 euros la unidad, aunque actualmente “no se consiguen por menos de 8 euros, y 20 euros en las farmacias”, señala Rufino, lo cual considera “una salvajada”. Señala por tanto que, si el uso de mascarillas será obligatorio, “lo primero que debe hacer el Estado es regular su producción y su precio” para que todos los ciudadanos de España tengan la misma posibilidad de acceder a ellas.

Respecto a los test de detección del coronavirus, que el Ayuntamiento pretende obtener desde hace ya un tiempo para la Policía Local, acaban de cambiar las condiciones y todo debe pasar ya por las autoridades médicas.

Si bien los tests se realizarán por prescripción médica, ello no significa que se le hagan a todo el que lo solicite, sino que los profesionales evaluarán aquellos casos en que lo crean necesario. La alcaldesa insiste incluso en que, si creemos estar contagiados, lo mejor es quedarse en casa y contactar por teléfono con los servicios sanitarios, y no trasladarse al centro de salud.

Por otra parte, Rufino ha informado que hoy se han recibido otras cien pantallas protectoras que se van a distribuir en los comercios que se encuentran abiertos en lo que resta de la semana.