Esta instalación se construyó hace seis años pero todavía no se ha puesto en funcionamiento. Su habilitación permitiría disponer del depósito del Casco Antiguo como aparcamiento.
Pese a que el Depósito Regulador de Agua de Salobreña y Lobres situado en la Cota 150 fue inaugurado hace seis años, todavía no ha entrado en funcionamiento y se corre el riesgo de perder una inversión de 5,1 millones de euros por el deterioro de unas instalaciones que todavía no se han puesto en uso. Está situación mantiene además paralizada otra actuación que podría paliar la falta de aparcamiento que sufre el Casco Antiguo.
El depósito fue construido por la Junta de Andalucía, aunque ésta asegura que su uso está cedido desde 2006 a la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical, que asumió las competencias de explotación, conservación y policía de la instalación. Por tanto, la Agencia Andaluza del Agua afirma que ya no tiene competencias sobre la infraestructura.
La puesta en marcha del depósito, situado en el paraje de Matagallares, permitiría clausurar definitivamente el que actualmente abastece a la localidad, situado en el Casco Antiguo, bajo el paseo de las Flores. Cuando ello ocurra se podrá llevar adelante un proyecto del que se viene hablando desde hace muchos años, y que varios partidos llevaban en su programa electoral de las pasadas elecciones municipales. Se trata del aprovechamiento de ese espacio como aparcamiento, lo que podría solucionar uno de los problemas históricos de esta parte de Salobreña.
Ante una pregunta realizada por el grupo municipal de IU al gobierno municipal en el último pleno, celebrado el lunes por la tarde, el alcalde de Salobreña, Gonzalo Fernández Pulido, ha señalado que se ha instado a la Mancomunidad, a través de Aguas y Servicios, para que tome cartas en la puesta en marcha del depósito de los Matagallares.
El depósito de Salobreña fue inaugurado en 2006, tras su construcción por parte de la Consejería de Medio Ambiente como parte de las obras del Ciclo Integral del Agua. Contiene dos vasos superpuestos de 10.000 metros cúbicos cada uno y su objetivo era el de solucionar los problemas de abastecimiento urbano de Salobreña, tanto a presente como a futuro, así como acabar con la falta de suministro en el anejo de Lobres. La puesta en marcha del depósito dependía inicialmente del agua de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de Molvízar, que a su vez debía recibirla desde la presa de Rules. Pero como sus conducciones no están finalizadas, se decidió habilitar para ello un antiguo sondeo en la rambla de Molvízar.
