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Concluye el servicio de socorrismo en las playas de Salobreña con más de 2.400 actuaciones

La mayoría de los casos han sido curas por picaduras de medusa. La temporada de verano en la Villa llega a su fin sin incidentes demasiado graves y con mucha tarea de concienciación.

Equipo de socorristas junto a la alcaldesa y al concejal de Playas.

El pasado sábado llegó a su fin por este año la actividad de los socorristas en las playas de Salobreña, que realizaron 2.403 actuaciones a lo largo de todo el verano. A ello hay que sumar otras 372 asistencias informativas a los usuarios sobre diversas cuestiones.

El servicio de socorrismo y vigilancia de playas estuvo gestionado este verano por la Escuela de Rescate y Salvamento Serviola, cuyo coordinador, David Orihuela, lo ha calificado de “intenso” en cuanto a actuaciones, pero también en lo referente a concienciación hacia los usuarios sobre las ordenanzas municipales, pues se han dado algunos casos de falta de civismo o de respeto hacia los socorristas o personal sanitario. La intervención de enfermeros ha sido este año una novedad, al igual que la inclusión de un quinto módulo de salvamento en la playa de El Molino.

Las medusas han sido protagonistas durante varias jornadas de este verano, hasta el punto de que en distintas ocasiones se ha tenido que colocar la bandera roja o amarilla debido a su presencia en gran número. Durante toda la temporada en Salobreña se realizaron 2.150 curas de sus picaduras, si bien Orihuela señala que muchas de ellas se podían haber evitado, pues han tenido lugar por la temeridad de algunos bañistas que se han adentrado en el mar aun sabiendo de su presencia.

También se han realizado 13 actuaciones por afecciones relacionadas con otros animales marinos como pez araña u ortiguilla o 42 por insectos. Asimismo, se atendieron 98 heridas de diferente índole y además 44 cortes, de los que 23 requirieron sutura, realizada a pie de playa, lo que ha evitado traslados al centro de salud. También se atendieron dos casos de golpes de calor que se estabilizaron in situ, con posterior traslado al Hospital de Motril con la ambulancia y personal propio del servicio. El caso más grave que se ha tenido que atender ha sido una fractura de fémur.

Más allá de las medusas, hubo varias jornadas en las que hubo que izar la bandera roja debido a los vientos de poniente, llegándose a quince días en total que se iniciaron con esa insignia, lo cual “no es un índice alto”, dice Orihuela. De ellos, diez se debieron a la presencia de medusas y cinco al fuerte viento.

Siguiendo con las actuaciones del equipo de socorristas, se atendieron 9 quemaduras, cuatro esguinces, tres luxaciones de hombro y la mencionada fractura. Se efectuaron 19 asistencias oculares y se atendieron una decena de contusiones y otras tantas intervenciones por golpes de calor, lipotimias y subidas de tensión. También se realizaron 50 avisos a la ambulancia, de los que 33 no han requerido traslado y 17 sí.

En lo referente a asistencias informativas, tuvieron lugar 227 avisos por la presencia de perros en las playas, 65 por pesca fuera del horario establecido, 35 por embarcaciones en zonas de baño, 15 por embarcaciones invadiendo el canal náutico y otras 11 por hidropedales, a los que se suman ocho advertencias a kayacs, cuatro a kitesurfistas y uno a un windsurfista. También se han realizado media docena por barbacoas. A todas estas personas se les ha advertido, y si no han hecho caso se le ha dado traslado de la situación a los cuerpos de seguridad.

Una docena de personas ha trabajado diariamente en las playas de la Villa, entre las que se encontraba un patrón de embarcación de rescate, otro de moto de agua, dos técnicos de emergencias sanitarias y un enfermero, mientras que el resto eran socorristas. Para garantizar la presencia de ese personal de manera diaria han sido dieciocho los trabajadores en plantilla para cubrir los descansos.