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Los comedores de los colegios Juan Ramón Jiménez, Mayor Zaragoza y Segalvina comienzan a funcionar con normalidad

· El servicio se ha adjudicado a una nueva empresa una vez solventado el conflicto que puso en riesgo la prestación del servicio para más de 200 alumnos

Niños haciendo uso de un comedor escolar. // Archivo

Los tres centros educativos de Salobreña afectados por el conflicto de los comedores escolares retoma hoy su actividad tras la resolución in extremis que tuvo lugar a finales de la semana pasada con la adjudicación del contrato a una nueva empresa, Hermanos González. Si bien el Segalvina, el Mayor Zaragoza y el Juan Ramón Jiménez no pudieron ofrecer este servicio el pasado viernes a los más de 200 alumnos que lo utilizan, sí lo han reanudado a partir de hoy. En el caso del Cervantes de Lobres, que siempre se mencionó entre los afectados por el conflicto, desde el mismo centro aseguran que no ha sido así y que en ningún momento ha corrido peligro la continuidad de su comedor.

Durante buena parte de las fiestas navideñas se temió que el servicio no se siguiera prestando en más de medio centenar de centros de la provincia –unos trece de la costa granadina- por la demora de la Junta de Andalucía en llegar a un acuerdo para adjudicarlo. La situación mantuvo en vilo a numerosos trabajadores de los comedores, y también a las familias que veían en peligro la conciliación de su vida laboral.

Finalmente, el pasado viernes fue el único día en que no funcionaron los comedores en los tres centros de la Villa, mientras que hoy ha comenzado a hacerlo bajo la gestión de la empresa de catering Hermanos González. En el Colegio Juan Ramón Jiménez, que cuenta con una treintena de alumnos en su comedor atendidos por dos monitoras y una cocinera, dicen que solo han tenido información de la situación por los medios de comunicación, ya que hasta finales de la semana pasada nunca recibieron información oficial.

En el Colegio Segalvina se espera que todo transcurra con normalidad a partir de la nueva adjudicación, y más teniendo en cuenta la mala experiencia que han tenido con la anterior adjudicataria, lo cual ha motivado que muchos alumnos se dieran de baja. Al inicio del curso eran 78 los que asistían al comedor, de los cuales han quedado 60. Este año son tres los monitores que atienden el servicio, además de la cocinera.

El centro que más escolares aglutina en su comedor es el Mayor Zaragoza, con entre 120 y 130 que asisten diariamente, más allá de que hay más de 170 apuntados en lista. Son media docena de monitoras las que atienden este servicio, que desde hoy se está brindando por parte de la nueva empresa, en principio con normalidad.

En el caso del Colegio Cervantes de Lobres, desde el propio centro han explicado que, pese a lo publicado desde varias entidades, no era uno de los afectados por el conflicto y nunca estuvo en riesgo la continuidad del comedor escolar. Si bien al inicio del curso era la empresa IRCO la encargada de gestionarlo –que fue la que suscitó el conflicto a nivel provincial-, ya desde el mes de noviembre hay otra empresa encargada del servicio, Mediterránea, que por el momento tiene contrato hasta finales de enero. Así lo ha explicado la directora del centro, quien espera que se resuelva en las próximas semanas o bien la continuidad de esta empresa o bien una nueva adjudicación, para que no se plantee el mismo problema que en los tres colegios de Salobreña. En el centro de Lobres son unos 25 los alumnos que acuden al comedor, para el que cuentan con dos monitoras, además de la cocinera.