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Los accesos a la playa de Salobreña se cortarán este martes desde las ocho de la tarde para evitar aglomeraciones en la noche de San Juan

Ocho parejas de Guardia Civil más los efectivos de Policía autonómica compartirán con los seis agentes locales el dispositivo de vigilancia.

Una de las noches de San Juan en el Paseo Marítimo.

Aunque ya estamos fuera del estado de alarma, las administraciones siguen evitando todo tipo de eventos que puedan significar aglomeraciones de gente más allá de lo permitido por las autoridades para que se pueda respetar la distancia de seguridad entre las personas. El más cercano llega mañana y los ayuntamientos costeros ya han venido anunciando la suspensión de la tradicional noche de San Juan tal como la entendemos desde hace años, con hogueras y reuniones multitudinarias en las playas, además de espectáculos de todo tipo que invitan a la gente a congregarse de forma masiva. Ya sabemos que este año está prohibido, pero aun así es preciso habilitar dispositivos que controlen y, sobre todo, disuadan a quienes a pesar de todo intenten acceder a las playas. Es por ello que, por ejemplo, en Salobreña se van a cortar los accesos desde las ocho de la tarde, «lo mismo que cada año se ha venido haciendo para evitar la masificación de vehículos, sólo que en esta ocasión se incrementará de forma importante la vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad, de tal manera que a los seis agentes de Policía local se unirán hasta ocho parejas de Guardia Civil y otra cifra importante de Policía Autonómica para blindar las playas sin mermar, no obstante la asistencia a los negocios y establecimientos de la zona», según ha manifestado la alcaldesa de Salobreña María Eugenia Rufino.

Reconoce Rufino que los más complicado va a ser el desalojo de la arena de los bañistas, aunque confía en que ello se produzca con normalidad y anuncia que se les informará de antemano y se les dará margen suficiente para que puedan hacerlo con normalidad.

La alcaldesa confía en que no se produzca ningún contratiempo y que el comportamiento sea tan bueno como el que han demostrado los bañistas este fin de semana, del que ayer se cumplió el primer día fuera del estado de alarma, con la llegada de visitantes no sólo de la provincia sino de otras límítrofes e incluso de comunidades vecinas.

«En general el comportamiento ha sido ejemplar, no ha habido que llamar la atención a los usuarios de las playas excepto en casos excepcionales, llegando en algunos a la sanción, pero ha sido poca cosa. La Policía y los auxiliares de la playa se han dedicado más a las tareas informativas sobre prohibiciones actuales por motivo de la pandemia y otras de las de siempre, como la reserva de espacio en la arena con sombrillas y otros elementos, algo que está prohibido».

Avanza Rufino que en Julio y Agosto habrá seguramente mayor dificultad a la hora de ubicarse en la playa por el lógico aumento de usuarios, «pero quizá habrá que adaptarse a la nueva realidad cambiando la actitud de estar todo el día en la playa por una permanencia de menos horas para así favorecer la rotación y que todos, vecinos y visitantes puedan hacer uso de ellas con las máximas garantías de seguridad».

Con la posibilidad que ofrece esta nueva etapa fuera ya de fases de desescalada de poder circular libremente, está claro que la afluencia a nuestras playas será mayor. Por eso la alcaldesa de la Villa recomienda huir de mensajes que invitan a viajar a posibles «zonas libres de contagio», ya que el virus viaja con nosotros y «no estamos libres de que mañana se produzca un repunte. Hay que aprender a vivir con el virus, ya que aún no ha acabado todo. Y la OMS ya ha dicho que repuntes va a haber», así que todas las precauciones son pocas y las primeras son mantener la distancia de seguridad y usar mascarilla en los lugares públicos cerrados o donde pueda haber otras personas.

En este sentido, María Eugenia Rufino ha vuelto a insistir en la necesidad de llevar este tipo de protección por nuestra salud y la de los demás.