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Un trabajo de investigación plantea la puesta en valor del Peñón de Salobreña

El estudio, realizado por un grupo de geógrafos de la Universidad de Granada sobre la flora de este enclave, propone incrementar su protección para que se convierta en la primera microrreserva de Andalucía

detalle del peñón de salobreña

El Peñón de Salobreña es el único accidente geográfico que modifica sustancialmente el paisaje de la playa de Salobreña a lo largo de toda su extensión, desde La Guardia hasta el límite con Motril. A pesar de su aspecto ralo y agreste, destaca por algunas de las especies de flora que contiene, de alto valor ecológico, y también por otras que han desaparecido. Pero un estudio realizado por geógrafos de la Universidad de Granada pretende ponerlo en valor, hasta el punto de que propondrá a las administraciones competentes su conversión en microrreserva de flora, una figura de conservación en enclaves de elevada riqueza vegetal que nunca ha sido aplicada en Andalucía.

El estudio se inició hace un año y medio, encabezado por el profesor de Geografía Física de la UGR, José Gómez Zotano, junto a los también profesores e investigadores de la misma ionstitución José Antonio Olmedo Cobo y Emilio Martínez Ibarra. Surgió a raíz de las salidas de campo que este docente realiza con sus alumnos, al ser el Peñón uno de los puntos que visitan año tras año “para que puedan conocer la vegetación tan valiosa que tenemos en el litoral de Granada”.

Algunas de las especies más amenazadas y que necesitan protección en el Peñón de Salobreña son el Senecio leucanthemifolius y el Lycium intricatum. José Gómez Zotano, profesor de Geografía Física de la UGR y responsable del estudio, explica que “a pesar de su pequeña extensión, este espacio alberga una rica biodiversidad”. Y añade que el Peñón “se sitúa estratégicamente entre dos sectores biogeográficos”, la zona más seca de Almería y otra más húmeda de la costa de Granada y el sector oriental de Málaga. Por tanto, “está en una zona de transición de dos tipos de vegetación muy distintas”.

 La creación de la microrreserva traería consigo una serie de medidas de gestión, como la eliminación de especies invasoras y la reintroducción de especies desaparecidas y que formarían parte de sus comunidades vegetales, como la coscoja, el romero blanco, el acebuche o el palmito, a lo que se sumaría el adecuado cuidado de las especies protegidas y amenazadas mediante el vallado de pequeños sectores para favorecer su regeneración. Otras medidas que contemplaría serían la delimitación y señalización de accesos y senderos, el montaje de paneles informativos que destaquen los valores florísticos del Peñón, la adecuada limpieza del área y el desmantelamiento de las superficies de hormigón correspondientes a antiguas actividades de explotación turística. En ningún caso, afirma el profesor universitario, afectaría a la actividad económica que se desarrolla actualmente en la roca a través de un restaurante.

 En definitiva, según este trabajo, el Peñón es un espacio que pese a su deterioro actual tiene potencial para ser regenerado y mejorar su ecosistema. Los investigadores afirman que tanto el Ayuntamiento de Salobreña como la Junta de Andalucía “tienen la oportunidad de optimizar su gestión y protección”, y para ello proponen esta figura de protección de la microrreserva de flora, dirigida a favorecer la conservación de las especies botánicas raras, endémicas o amenazadas en enclaves cuya superficie no supere las 20 hectáreas. El Peñón de la Villa tiene una extensión de 8.022 metros cuadrados, por lo que no llega a una hectárea.

La creación de esta microrreserva permitiría, según los autores del estudio, “mejorar la protección de un área marginal pero de alto valor ecológico, algo extrapolable a otros ámbitos similares ubicados también en espacios humanizados y degradados, como es el caso del litoral mediterráneo de Andalucía”. Además, de ejecutarse esta propuesta, sería una acción pionera en Andalucía, al no haberse aplicado en ningún otro lugar de la región. Creen que “es la figura más adecuada para proteger espacios pequeños, que estén muy desprotegidos y tengan un alto valor ecológico”, y añaden que ya “se utiliza con éxito en zonas costeras de la Comunidad Valenciana y otras regiones españolas y europeas”.

El trabajo se ha centrado solo en la superficie del Peñón, sin abordar su zona submarina que tiene una importante biodiversidad, y tampoco entra en su valor arqueológico, pues corresponderían a otras áreas de estudio. No obstante, José Gómez Zotano explica que si a este proyecto botánico “se aunaran los valores históricos y arqueológicos, sería lo ideal”.