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La piscifactoría de Salobreña se reactiva con un nuevo proyecto acuícola

Se trata de una iniciativa ecológica por aprovechar los residuos de distintos niveles de especies marinas, para la que ya se han instalado dos grandes jaulas en el mar.

Piscifactoría de Salobreña.
Piscifactoría de Salobreña.

Tras un intento fallido en 2013, la piscifactoría de Salobreña pretende reactivarse a través de un proyecto novedoso que aporta mayor calidad y es más ecológico. Si bien la dorada y la lubina siguen siendo los productos estrella, se apuesta por un sistema multitrófico en el que todo se aprovecha, y en ello intervienen distintos niveles de especies marinas.

Tras casi dos años abandonadas, las instalaciones acuícolas de la Azucarera del Guadalfeo han vuelto a resurgir con la reciente instalación, hace apenas dos semanas, de dos grandes jaulas para la cría de peces en sus distintas fases, a las que se sumarían otras tres en el futuro. Estas jaulas cuentan con unas dimensiones mucho mayores que las que existían en las anteriores etapas de la piscifactoría, con un diámetro que alcanza los 50 metros.

Media docena de profesionales y trabajadores son los que participan en este nuevo proyecto, que en realidad se inició hace un año, aunque los engorrosos trámites administrativos que supone no han permitido ponerlo en práctica hasta ahora. En lugar de una producción masiva de peces a la que se apuntaba en la anterior etapa, ahora se apostará por un sistema multitrófico. Esta forma de cultivo no es novedosa en la agricultura, donde se aplica históricamente, por ejemplo reutilizando el estiércol para convertirlo en abono. Pero sí lo es en la acuicultura, donde se aprovechan los residuos de cada nivel trófico para que otro se desarrolle y siga a su vez generando biomasa. Actualmente se aplica este sistema en países como China o Canadá.

Uno de los responsables del proyecto, el biólogo José Juan Nogales, ha explicado que inicialmente serían solo mejillones, aunque se sumarían otras especies de pectínidos como vieiras, zamburiñas, ostras o volandeiras. La biomasa generada por éstos sería a su vez aprovechable por otras especies como las holoturias, conocidas vulgarmente como pepinos de mar, que si bien no tienen demasiado consumo en España, sí son muy valoradas en países como China y otros del continente asiático. Bajo este sistema, la producción de especies marinas bajaría en cantidad pero aumentaría en calidad y diversidad, otorgando mayor sostenibilidad medioambiental. También podrían integrarse en esta cadena otras especies como pulpos, erizos, anémonas o algas, si bien el crecimiento de estas últimas se ve limitado por los escasos nutrientes que aporta para su formación el Mar Mediterráneo.

Este proceso tiene lugar en las dos unidades multitróficas que ya están a flote, aunque se contempla instalar tres más para completar el proyecto, al que se sumarían media docena de las antiguas jaulas, de 19 metros de diámetro, para labores de clasificación. Las grandes jaulas de 50 metros se encuentran subdivididas, quedando en el interior una de 38 metros para el cultivo de peces, mientras que en las coronas circulares exteriores se realizan los cultivos de mejillón. De momento no se están utilizando las piletas que existían en tierra, aunque se podrían reactivar a futuro como unidades de preengorde. Para la instalación de las nuevas jaulas se han tenido que reacondicionar todas las instalaciones submarinas de la antigua parcela.

Debido a la época en que nos encontramos, no hay todavía especies en cría en la piscifactoría, ya que “suele ser en primavera cuando se siembran peces y actualmente es muy difícil conseguir crías porque los criaderos han finalizado sus campañas”. El primer paso será la captación de la semilla de mejillón para iniciar el ciclo, y Nogales estima que para el año que viene se podrá estar en plena producción. Con la instalación funcionando en toda su capacidad se podría alcanzar entre 800 y 1.000 toneladas de pescado y unas 200 toneladas de mejillón por periodo de cría, que puede oscilar entre doce y quince meses, “siempre dependiendo de la demanda del mercado”.

La piscifactoría funcionó originalmente como una actividad diversificadora de la Azucarera del Guadalfeo. Tras un tiempo cerrada a comienzos de la presente década se volvió a poner en funcionamiento en 2013 con un proyecto similar a este, aunque por diferentes circunstancias no salió adelante. De la mano del mismo grupo de profesionales y trabajadores hoy se vuelve a poner en marcha con el objetivo de que sea la reactivación definitiva en la Costa Tropical de una industria como la acuícola, que puede tener grandes posibilidades de desarrollo.