Los 18 socorristas que lo componen han tenido que realizar menos de una tercera parte de actuaciones que el año pasado, especialmente por la escasa presencia de medusas
La jornada de hoy es la última en que se presta el servicio de Salvamento de Playas en Salobreña, por lo que llega a su fin la labor de los vigilantes que desde el 24 de junio vienen atendiendo la seguridad de los bañistas en el litoral del municipio. 18 socorristas son los que han estado trabajando este verano, repartidos en los cuatro puestos de salvamento.
En estos últimos días el tiempo ha refrescado y viene soplando el viento de forma intensa, por lo que se ha tenido que colocar la bandera amarilla. De hecho, la temperatura del agua ha disminuido hasta los 21 grados.
Pero en líneas generales el verano ha sido calificado como bueno por parte de los responsables de este servicio, gracias al buen tiempo y el viento de Levante. Durante la temporada solo se ha tenido que izar la bandera roja en cinco ocasiones –dos de ellas en los últimos días-, y once veces la bandera amarilla. El resto de días el tiempo ha acompañado, y por tanto ha ondeado siempre la bandera verde.
A lo largo de esta temporada los socorristas salobreñeros han realizado 772 intervenciones, número notablemente inferior al del año pasado, cuando se alcanzaron las 2.600 aproximadamente. Esto se debe fundamentalmente a la escasa presencia de medusas, que apenas han hecho acto de presencia pese a las buenas temperaturas del agua. En el apartado concreto de estos invertebrados, el año pasado se registraron unas 2.300 curaciones, mientras que este año apenas han sido 388, según ha manifestado José Manuel Sánchez, coordinador de Salvamento de Playas.
Del resto de intervenciones, lo más destacable han sido 124 por pequeñas heridas o rozaduras con la vestimenta, 52 traslados de personas al mar con sillas anfibias, 42 traslados al centro de salud, 15 actuaciones por personas desaparecidas –en especial niños y mayores-, 11 atenciones por mareos y seis rescates en el mar. Por otra parte, en cinco ocasiones los socorristas han requerido la asistencia del 112, un número muy bajo para todo el verano.
Por lo demás, ha sido un verano con curiosidades, como la ocasión en que se tuvo que desalojar la playa tras el hallazgo de una bombona en el fondo del mar que tuvo que ser detonada por artificieros. Otra anécdota, según explica Sánchez, ha sido cuando un mujer embarazada empezó a tener contracciones y se solicitó su traslado en ambulancia; finalmente el alumbramiento tuvo lugar por la noche sin ningún problema.
