Hoy han mantenido una reunión con el objetivo de que las familias de la Villa acojan este verano a un niño saharaui, ya que hasta el momento son muy pocos los hogares que participan.
Con el objetivo de incentivar a que las familias de la Villa se sumen a la campaña ‘Vacaciones en Paz’, que cada año trae a la costa de Granada a decenas de niños saharauis, esta mañana ha tenido lugar en el Ayuntamiento de Salobreña una reunión entre representantes de la Asociación Amigos del Sahara y la concejal de Bienestar Social, María José García. Ocurre que la cantidad de familias apuntadas al programa está en descenso, lo que supone que será menor la cantidad de niños que puedan venir a España a pasar el verano.
El objetivo de esta iniciativa es que estos niños, que viven en campamentos de refugiados, deben soportar en verano temperaturas que superan los 50 grados. Por tanto, su estancia de dos meses en nuestro país es un revulsivo para esa situación, y también les permite tener una alimentación equilibrada, recibir una atención médica adecuada, así como cambiar de ambiente y conocer sitios diferentes.
El objetivo de la reunión mantenida esta mañana es el de difundir la campaña ‘Vacaciones en paz’, dada la necesidad de encontrar familias que quieran acoger niños saharauis durante los meses de verano.
En Salobreña hay de momento solo una familia apuntada al programa, por lo que será solo un niño el que llegará a nuestra localidad, a menos que se sumen otras, que todavía están a tiempo, ya que se ha prorrogado el plazo hasta mediados de junio.
La concejal de Bienestar Social de la Villa, María José García, se ha unido a este llamamiento para que las familias de Salobreña “conozcan la inolvidable experiencia de acoger en sus hogares a un niño saharaui”, y ha anunciado una partida especial en los próximos presupuestos municipales para la cooperación internacional.
El objetivo del programa Vacaciones en Paz es traer a Andalucía niños y niñas saharauis de entre 8 y 12 años desde los campamentos de refugiados de Tindouf, en Argelia, para que durante los meses de julio y agosto disfruten de unas vacaciones alejados de la extrema dureza del desierto. Y es que estos niños viven en uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra, en condiciones infrahumanas, sin agua ni luz, soportando temperaturas de hasta 55 grados y con los escasos alimentos que les llegan de ayuda humanitaria.
La estancia es en régimen de acogimiento temporal por familias y no necesitan ninguna atención especial, tan solo sus revisiones con el pediatra, a cargo del Servicio Andaluz de Salud. A la provincia de Granada suelen venir todos los años entre 130 y 150 niños dentro de este programa, que viene funcionando en Andalucía desde 1994.
